"El que quiere nacer, tiene que romper un mundo"
Herman Hesse
Tan solo la Naturaleza vive inherente la realidad del paso del tiempo. No pone conjeturas en su manifestación o detrimento, vive sin camuflar sus formas, sin tamizar su esencia. El propio silencio de un árbol, el perfume de una flor llevan la belleza interminable e insonora de la creación. Solemnes parecen cuando se les ve estando sin quejido, bajo un radiante Sol o una esplendente noche estrellada, bajo una nube tormentosa o enmedio de un vendaval...
Armonía que evoca desde su continuo existir. Sapiencia y toda la paciencia del peculiar ritmo, sin vertederos que aniquilan el propio proceso. Sin lugar a dudas, la Naturaleza es el mayor de los ejemplos que irradian cordura sin holgura. Convivencia exenta de crítica. Metamorfosis acorde al natural ritmo sin apatía que duerma el curso.
Belleza por doquier, regalando con infinitas formas, colores y perfumes, la expresión trabajada que la creación en su natural talante de servicio, ofrece hasta para el gusano más diminuto. En ella no hay modernidad, selectividad, compromiso inconcluso, malestar, engaño, rutina o servidumbre; tampoco separatividad o divergencia alguna. La Naturaleza no busca el camino, ella está donde nace y crece y ahí entiende que el camino del árbol es el propio árbol, como lo será de esa hoja que se desprende por el viento, y vuela hasta caer sobre el terreno. Cada parte cumple su cometido, su natural quehacer. No necesita de trascendencias dogmáticas para curtir su conciencia...
—¡Un momento! La Naturaleza no tiene conciencia... —dijo alguien pensativo.
—¿Quieres decir que el ser humano sí? —pregunta una voz con ironía.
La Naturaleza tiene infinitos atributos que comparte sin dilaciones. Su simplemente ser hace compañía, su simplemente estar gratifica el espacio convirtiendo el vacío en belleza perenne.
Siempre refleja el mismo semblante aún delante de varios espejos. Ella no se viste ni decora, tampoco se demora porque su reloj, que no tiene hora, lleva la saeta que marca el siempre ahora.
Pulcra, elegante, jovial y brillante. Enamora a primera vista sin romper nunca el compromiso porque es lista...
—También es listo el ser humano, aunque sirve a sus propios intereses. También es bello el ser humano, aunque esconde cada vez más su innata belleza —reflexiona la voz.
La Naturaleza está viva, es su propia compañera, su propia fatiga, su consuelo, su alegría. Su camino está escrito en el ahora. No hay muerte ni suplicios, tan solo existir desde la vida para la vida. Ella no desaparece, tan solo cambia, rompe a veces su propio mundo, porque anuncia el próximo instante, esplendoroso retazo del tiempo cual trayecto evolutivo, gratifica las almas de todo ser viviente en el caminar hacia ese Sol Naciente.
Emig
Blogalaxia Tags: Lectura+pensamiento+filosofía
Etiquetas: educación, reflexiones, filosofía, pensamiento, comunicación, amistad, utopía, éticaHerman Hesse
Tan solo la Naturaleza vive inherente la realidad del paso del tiempo. No pone conjeturas en su manifestación o detrimento, vive sin camuflar sus formas, sin tamizar su esencia. El propio silencio de un árbol, el perfume de una flor llevan la belleza interminable e insonora de la creación. Solemnes parecen cuando se les ve estando sin quejido, bajo un radiante Sol o una esplendente noche estrellada, bajo una nube tormentosa o enmedio de un vendaval...
Armonía que evoca desde su continuo existir. Sapiencia y toda la paciencia del peculiar ritmo, sin vertederos que aniquilan el propio proceso. Sin lugar a dudas, la Naturaleza es el mayor de los ejemplos que irradian cordura sin holgura. Convivencia exenta de crítica. Metamorfosis acorde al natural ritmo sin apatía que duerma el curso.
Belleza por doquier, regalando con infinitas formas, colores y perfumes, la expresión trabajada que la creación en su natural talante de servicio, ofrece hasta para el gusano más diminuto. En ella no hay modernidad, selectividad, compromiso inconcluso, malestar, engaño, rutina o servidumbre; tampoco separatividad o divergencia alguna. La Naturaleza no busca el camino, ella está donde nace y crece y ahí entiende que el camino del árbol es el propio árbol, como lo será de esa hoja que se desprende por el viento, y vuela hasta caer sobre el terreno. Cada parte cumple su cometido, su natural quehacer. No necesita de trascendencias dogmáticas para curtir su conciencia...
—¡Un momento! La Naturaleza no tiene conciencia... —dijo alguien pensativo.
—¿Quieres decir que el ser humano sí? —pregunta una voz con ironía.
La Naturaleza tiene infinitos atributos que comparte sin dilaciones. Su simplemente ser hace compañía, su simplemente estar gratifica el espacio convirtiendo el vacío en belleza perenne.
Siempre refleja el mismo semblante aún delante de varios espejos. Ella no se viste ni decora, tampoco se demora porque su reloj, que no tiene hora, lleva la saeta que marca el siempre ahora.
Pulcra, elegante, jovial y brillante. Enamora a primera vista sin romper nunca el compromiso porque es lista...
—También es listo el ser humano, aunque sirve a sus propios intereses. También es bello el ser humano, aunque esconde cada vez más su innata belleza —reflexiona la voz.
La Naturaleza está viva, es su propia compañera, su propia fatiga, su consuelo, su alegría. Su camino está escrito en el ahora. No hay muerte ni suplicios, tan solo existir desde la vida para la vida. Ella no desaparece, tan solo cambia, rompe a veces su propio mundo, porque anuncia el próximo instante, esplendoroso retazo del tiempo cual trayecto evolutivo, gratifica las almas de todo ser viviente en el caminar hacia ese Sol Naciente.
Emig
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14 comentarios:
¡Qué bello escrito! me ha encantado, lo has dado un toque de colorido, de luz, de reflejo, de sinfonía con tus palabras, y ... ¡¡¡hasta de vida!!!, de verdad ... ¡¡¡me ha parecido una verdadera maravilla!!!.
Me parece realmente precioso y para mí es una gran satisfacción poder contemplar y estar en contacto directo con la naturaleza, el poder apreciar sus campos verdes en verano, sus flores cuando tienen tanto colorido que alegran la vista, los árboles con tanto esplendor, o, cuando tienes la suerte de poder estar en la playa en contacto con el mar, y contemplar todo el paisaje, con sus olas que van y que vienen, el sonido que se escucha...
Debemos aprender a valorar y apreciar con nuestros ojos todo este mundo tan natural que tenemos, y que dedicamos pocas veces a estar desde nuestro silencio en contacto con la naturaleza, ella quizá, nos pueda hablar, y hasta cantar una dulce melodía.
Un beso.
La espresión encantado de conocerte se queda a la altura del betún...
Eres tan Naturaleza como la misma descripción que has leído, que tú misma has respondido. Una maravilla de sensibilidad.
¿Sabes? Creo que la propia naturaleza es un libro directo, diáfano y profundo que lleva en sus líneas mucha sabiduría y analogía para el ser humano.
Aprender a valorar y apreciar dices... me encanta la palabra aprender, pues es pura acción y, cuando estamos en movimiento, somos como la naturaleza.
Precioso leerte...!
Un beso
Tu final, la dulce melodía que mencionas... ¿sabes que estoy escuchando ahora mismo? Claro de Luna de Beethoven.
Un beso
Pues ¿sabes lo que te digo? que esa dulce melodía de Beethoven me encanta, yo muchas veces escucho las sinfonías de Beethoven, también de Richard Clayderman... algunas veces las he puesto en el blog, ahora yo estoy escuchando una canción de Maná ¿te gusta este grupo?
Me gusta Maná... de los pocos que actualmente me dicen lo que no sé explicar y me acompañan en ese vivir instantes que paran el tiempo... genial como canciones de Estopa, Presuntos Implicados, Manolo García, Ella baila sola... ufff
La naturaleza es un círculo dibujado sobre el universo.
Ella es el silencio.
Gracias por tu comentario, Amaro. Por lo que dices, entendiendo la naturaleza desde el silencio o también el silencio desde la naturaleza.
Cordiales saludos
A mí también me gustan mucho todos esos grupos que mencionas, lo que pasa es que últimamente (desde hace un año) me dá por escuchar las canciones del grupo que antes te comenté, Maná, no sé ... sus canciones me hacen vibrar.
Un beso.
La última canción que me hizo vibrar no hace mucho, fue un tema de La Oreja de Van Gogh, "rosas"... Con ello te quiero decir que creo entenderte y, además, aplaudir con las dos manos tus vibraciones!!
Un beso
¡¡¡Me encanta La Oreja de Van Gogh!!! (¿se escribe así?) y esa canción que mencionas es preciosa, la he escuchado montones de veces, por eso ya no la pongo tanto jaja, pues es uno de mis grupos favoritos, mira por donde ya no me acordaba de él, y tengo montones de diskettes de sus canciones, y el pc repleto de canciones bajadas de ares, pero ya te digo, todas muy oídas de tanto ponerlas, lo mismo me va a pasar con Maná, que los últimos temas los tengo muy oídos y ahora me da por escuchar el último que se titula "Si no te hubieras ido", y la verdad es que me gustaría ponerla en el blog pero no logro encontrar la url.
Menuda canción... ejem! preciosa...
No la encuentras?
Y el video, ¿te gustaría ponerlo?
http://www.youtube.com/watch?v=RW2vOV_5Pj4
Pd. Te he oído por la ventana, jajaja
Gracias por decirme lo del vídeo, pero me gustaría encontrar la canción de mp3 para poderla poner en la fórmula que tengo y que se pueda escuchar en mi blog, no sé cómo conseguirla.
Aquí vengo volannnndo para darte mil gracias por el regalo que me acabas de hacer, algo que yo venía detrás y no venía manera de conseguir, de verdad, estoy realmente agradecida por ello, estoy loca de contenta, ni te imaginas.
Mil gracias y mil besos.
A esto lo llamo yo un regalo compartido, con lo cual, comparto las gracias, los besos y una sonrisa desde mi ventana :)
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