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lunes, 16 de junio de 2008

Las manos del alfarero


Siddartha de Hermann Hesse:
"Las palabras no sirven para explicar un sentido secreto;
siempre lo modifican, lo falsifican, lo ridiculizan."


No sé a qué llamar sentido secreto. Supongo que por eso se llama así. Quizás, sentido secreto, son dos palabras que hemos notado a veces como sensación, como pensamiento en voz muy baja, como conciencia... Me refiero a eso que alguna vez hemos pensado que debemos callar. Intuimos que decirlo es echar a perder la magia. Que necesita de más tiempo para afianzarse en la superficie del presente, pues la sola impresión parece una huella que desaparece con los aires del pensamiento.
¿Somos muchas voces? Yo creo que si. En ocasiones incluso parecen revolotear casi al unísono, pretendiendo regentar el propio dominio. Quizás ellas, fruto de la mojigatería; porque no siempre somos humildes, cuando la humildad puede ser camino hacia el sentido secreto cuyo portal es hacia la propia esencia. Supongo que cuanto más cerca de esta entrada, menos voces que como fuegos fatuos distraen la atención y adormecen la conciencia. Mayor cercanía es también mayor coherencia. Veo la palabra, además de herramienta de comunicación, tan importante como el silencio. Éste lo entiendo igualmente un medio que expresa la certeza del corazón, pues sospecho que de ahí surge. La palabra, debiera ser como las manos del alfarero. Porque cada palabra, como cada pensamiento, actitud, mirada o gesto; da la forma a la expresión y ésta, no siempre requiere de la palabra, que suele ser el primer recurso para responder ante algo o alguien.
Liviano podemos hacer el camino, cuando la palabra también forma parte de la justa medida. Mágicos encuentros con uno mismo, cuando la propia expresión se acompaña de reflexión y sazón; sintiendo que hablar es también crear o destruir, tapar o tamizar el sentido secreto de la manifestación que no se acierta desde ninguna voz conocida, aunque quizás sí, muy cercana y querida.


Emig

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3 comentarios:

Verónica Carmona dijo...

Estimado:

Primero, muchas gracias por tu visita en mi espacio.

Segundo, las palabras deben tener la sensibilidad del alfarero porque sin duda la sensibilidad que otorgan las manos ayudan a plasmar sentimientos en las palabras...porque decir lo que se siente es más que un cúmulo de palabras iluminadas al universo; es hablar desde el alma.

cariños y te invito a visitar mi renovado espacio

Verito!

Emig dijo...

Muchas gracias a tí por tus palabras. Al entrar a tu blog, percibí de inmediato estrellas de luz y me gustó sentirme tan cerca.
Un abrazo

AHEO dijo...

Me ha gustado la manera en la que das forma a cada reflexión y cada texto... efectivamente como un alfarero.
Interesante lo que se puede encontrar en tu blog... me ha agradado llegar aquí, seguro volveré.
Saludos.