El departamento de Asuntos Internos de la Dirección General de la Policía es el encargado de investigar las presuntas actividades ilícitas de los funcionarios.
Me han detenido, aunque más bien frenado. Los Asuntos Internos requieren mi atención. Aunque me haría gustosamente un daiquiri cerquita del mar, ahora mismo estoy sentado en la poltrona y conectado a una de esas máquinas de la verdad, y aunque no hice nada ilícito, Asuntos Internos quiere interrogarme.
Conectado a la máquina suena la primera pregunta. Respondo con mi nombre, y las sucesivas, son igualmente fáciles pues tratan de mi edad y mi lugar de origen.
—¿Qué piensas en estos momentos?
No respondo enseguida. Estoy perplejo y abstraído a la vez. Me apetece fumar pero entiendo que no es momento ni lugar.
—Me pregunto el porqué de esta convocatoria —respondo.
Pasan los segundos y al no recibir ningún comentario, entiendo que la pregunta inicial está en el aire y mi respuesta no ha sido válida. Entonces me observo y tras las nubes de esta nueva situación que entorpecen mis pensamientos más profundos, entiendo la pregunta cuando veo realmente lo que pienso.
—Pienso que necesitaba hablar con Asuntos Internos. Necesitaba aclarar cosas que a veces me aturden por no saber con quién comentar...
Esto parece ser una respuesta más convincente. Me siento más tranquilo.
—¿Por qué, sabiendo que estamos siempre ahí prefieres confiar más en otras personas?
De nuevo una pregunta que me hace pensar. Pensar y recordar cuando he compartido mi intimidad con alguien y el resultado no siempre ha sido el sentirme comprendido.
Aunque son momentos que suenan importantes, siento que tengo todo el tiempo del mundo.
—A veces he creído mejor exteriorizar que interiorizar mi vida. Aunque ahora mismo pienso que actuaba así, porque me resulta más fácil.
Tanto temor a los Asuntos Internos y resultará que lo único que hacen es corregir, como el diccionario del Word.
—Lo que ocurre en tu vida no solamente pasa por lo que vives afuera. Asuntos Internos está para corregir la incoherencia y recordar lo que uno es. ¿Sabías esto?
Ahora me siento fluir. No tengo que pensar la respuesta, porque la tengo cercana.
—Creo que sí sabía esto, pero no estoy acostumbrado a interiorizar, es más, no creía que los asuntos internos se resolvieran así.
—Asuntos Internos te recuerda el libre albedrío, pero también las leyes universales, muchas descritas desde la ética. Somos tu atalaya interior, desde donde la visión de las cosas es diferente.
Esto último no me ha sonado a pregunta. Más bien es una reflexión que me hace recordar la multitud de veces que me he dejado llevar por impulsos, incluso cuando no me sentía bien por algo, convirtiendo eso en un asunto interno sin solución. Supongo que debo contar más con este departamento...
Me levanto tras desconectarme los hilos de la máquina de la verdad. La conversación conmigo mismo ha terminado. Esta vez, en vez de hablar con alguien de cosas mías lo he hecho conmigo y, curiosamente, no he contado nada concreto, sino que me he recordado hacia dónde debo observar también...
Mi conclusión es que cualquier asunto pendiente es mejor resolverlo que dejarlo aparcado. Que los asuntos pendientes no se resuelven enseguida, pero el interior es un buen conversador, incluso conversor de esas divisas que no nos sirven ya, por las nuevas y actuales que son llaves hoy, puertas abiertas mañana...
¡Ah! Se me olvidaba trascribir lo que pone en la puerta de este departamento de Asuntos Internos. Dice así: Vivir tiene más imaginación que la que nosotros llevamos en nuestros sueños.
Emig
Blogalaxia Tags: Lectura+pensamiento+filosofía
Etiquetas: educación, reflexiones, filosofía, pensamiento, comunicación, amistad, utopía, éticaMe han detenido, aunque más bien frenado. Los Asuntos Internos requieren mi atención. Aunque me haría gustosamente un daiquiri cerquita del mar, ahora mismo estoy sentado en la poltrona y conectado a una de esas máquinas de la verdad, y aunque no hice nada ilícito, Asuntos Internos quiere interrogarme.
Conectado a la máquina suena la primera pregunta. Respondo con mi nombre, y las sucesivas, son igualmente fáciles pues tratan de mi edad y mi lugar de origen.
—¿Qué piensas en estos momentos?
No respondo enseguida. Estoy perplejo y abstraído a la vez. Me apetece fumar pero entiendo que no es momento ni lugar.
—Me pregunto el porqué de esta convocatoria —respondo.
Pasan los segundos y al no recibir ningún comentario, entiendo que la pregunta inicial está en el aire y mi respuesta no ha sido válida. Entonces me observo y tras las nubes de esta nueva situación que entorpecen mis pensamientos más profundos, entiendo la pregunta cuando veo realmente lo que pienso.
—Pienso que necesitaba hablar con Asuntos Internos. Necesitaba aclarar cosas que a veces me aturden por no saber con quién comentar...
Esto parece ser una respuesta más convincente. Me siento más tranquilo.
—¿Por qué, sabiendo que estamos siempre ahí prefieres confiar más en otras personas?
De nuevo una pregunta que me hace pensar. Pensar y recordar cuando he compartido mi intimidad con alguien y el resultado no siempre ha sido el sentirme comprendido.
Aunque son momentos que suenan importantes, siento que tengo todo el tiempo del mundo.
—A veces he creído mejor exteriorizar que interiorizar mi vida. Aunque ahora mismo pienso que actuaba así, porque me resulta más fácil.
Tanto temor a los Asuntos Internos y resultará que lo único que hacen es corregir, como el diccionario del Word.
—Lo que ocurre en tu vida no solamente pasa por lo que vives afuera. Asuntos Internos está para corregir la incoherencia y recordar lo que uno es. ¿Sabías esto?
Ahora me siento fluir. No tengo que pensar la respuesta, porque la tengo cercana.
—Creo que sí sabía esto, pero no estoy acostumbrado a interiorizar, es más, no creía que los asuntos internos se resolvieran así.
—Asuntos Internos te recuerda el libre albedrío, pero también las leyes universales, muchas descritas desde la ética. Somos tu atalaya interior, desde donde la visión de las cosas es diferente.
Esto último no me ha sonado a pregunta. Más bien es una reflexión que me hace recordar la multitud de veces que me he dejado llevar por impulsos, incluso cuando no me sentía bien por algo, convirtiendo eso en un asunto interno sin solución. Supongo que debo contar más con este departamento...
Me levanto tras desconectarme los hilos de la máquina de la verdad. La conversación conmigo mismo ha terminado. Esta vez, en vez de hablar con alguien de cosas mías lo he hecho conmigo y, curiosamente, no he contado nada concreto, sino que me he recordado hacia dónde debo observar también...
Mi conclusión es que cualquier asunto pendiente es mejor resolverlo que dejarlo aparcado. Que los asuntos pendientes no se resuelven enseguida, pero el interior es un buen conversador, incluso conversor de esas divisas que no nos sirven ya, por las nuevas y actuales que son llaves hoy, puertas abiertas mañana...
¡Ah! Se me olvidaba trascribir lo que pone en la puerta de este departamento de Asuntos Internos. Dice así: Vivir tiene más imaginación que la que nosotros llevamos en nuestros sueños.
Emig
Blogalaxia Tags: Lectura+pensamiento+filosofía
19 comentarios:
Feliz de haberte encontrado Tu texto es magnífico
Abrazos desde este lado de la tierra
Feliz igualmente de compartirlo, como de leerte, como de sentir el despertar que propones desde tu rincón y desde tus palabras.
Abrazos también para ti.
Hola Emig! es verdad que hay cosas que solo puede resolver uno mismo y no el resto del mundo como el convencimiento de querer seguir viviendo...Yo tengo un amigo que lo está perdiendo y por mucho que le digamos el resto si él no lo arregla en su interior no podemos hacer nada.. Por eso lo mejor es intentar resolver ciertas cosas conflictos con uno mismo y después pedir ayuda al resto.
Besos
Hola emig.. aca estoy!!!.. que lindo, otra personita mas de España con la que me estoy contactando... me gusta esto de los blogs y mas aun cuando une diversas culturas y paises, entre otras cosas...
Me ha gustado tu espacio y te puse al RSS para ver tus actualizaciones y, ademas, poder darme una vuelta mas seguido...!
Besos!!!
Hola Esther! Así pienso y además, he incluido aposta en dos ocasiones la palabra interiorizar porque veo en ella una importante clave de comunicación, aunque no sea para conseguir respuestas a preguntas de forma inmediata sino que, el tiempo y la reflexión, hacen de nosotros un mar en calma y ver así las cosas...
Besos veraniegos!
Hola Samantha!
Encantado de tu visita y nos veremos a menudo...
Un beso!
Vine a visitarte. Me ha sorprendido gratamente tu blog.
Te dejo un saludo y te digo que las conversaciones con uno mismo siempre son duras... la realidad te aplasta... por eso, muchos, no se miran nunca por dentro... por lo que puedan descubrir.
Un beso,
Natacha.
Gracias por tu visita Natacha.
Tu comentario lo veo de la misma forma, de ahí que me sugiriera escribir sobre ello de una manera distinta -casi policial- por considerar tal tipo de conversación más que una opción, un deber.
Besos.
Por cierto Natacha... mucha calor... :)
A través de mundo interior, de nuestra profunda reflexión en silencio, podemos solucionar muchos problemas que tenemos pendientes por resolver, porque desde la reflexión interior, y desde ese silencio, es como mejor se pueden llegar a estudiar y profundizar las soluciones a esos problemas, y por mucho que los demás te intenten ayudar, aconsejándote o diciéndote lo que harían en tu lugar, nada se soluciona, sino a través de uno mismo, que es el que debe intentar solucionar sus problemas.
Feliz tarde.
Un beso.
Es agradable leerte.
Hola Emig!
Me ha encantado tu texto. Yo también soy de la opinión que los problemas hay que resolverlos, no dejarlos pendientes ni demorarlos en su resolución y ciertamente, uno mismo, en su interior posee la capacidad para hacerlo.
Un abrazo.
Gracias por tu visita y comentarios, me han permitido conocer el magnífico blog que tienes. De veras, comparto tu filosofía y me parece muy interesante e imaginativa la forma que tienes de expresarla. Si me lo permites te enlazaré en mi blog, así estaré más cerca.
Un abrazo.
Aveces es igual de importante comprender que sentirse comprendido
Hola María!
Un complemento ideal tus palabras :)
Hablas de la quietud, una palabra que saboreo a veces y la busco no encontrándola siempre, pero no cejo en el empeño de entender que observar las cosas hace que la perspectiva de acción no sea el impulso, sino la reflexión...
Besos calurosos!!
Hola odei.
Encantado de tenerte por aquí!
Mi particular "lucha" son las prioridades y encuentro que no todas las que me propongo, resuelvo. En parte por esto surgió este tema...
Un cordial saludo!
Gracias MGT!
Tuve un problema, creo que de blogger para subir tu post, de ahí que lo veas distinto, aunque conseguí poner quién eres y de dónde vienes.
Un cordial saludo
Hola Pedro. Gracias sincerísimas por tus palabras. Al conocer tu blog, pensé lo mismo que has escrito, de ahí mis comentarios y placer de hacerte encontrado en este amplio mundo bloguero.
Por supuesto que no necesitas permiso para enlazar nada. Lo interesante del conocerse es el reconocimiento que surge después...
Un cordial saludo!
Hola alma.
Tus palabras, que agradezco, casualmente hoy son para mí noticia, si fuera yo en vez de persona la primera página de un diario. Coincido plenamente contigo...
Un abrazo
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