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viernes, 7 de noviembre de 2008

Latidos o titubeos

... No siempre son metáforas ni palabras quienes me llevan hacia donde no sabría definir. Son pequeñas decisiones las que me hacen dejar de sumergir mis múltiples caras de antaño, cuando me mimetizaba con facilidad, y la máxima proyección de mí era acompañar la gran pantalla que hacíamos entre todos los amigos de entonces...

Pasa el tiempo y lo que realmente queda es uno mismo, en realidad siempre es así. Por lo menos en mi caso, aun sintiendo titubeos, encuentro mi andar coherente aunque diferente al de muchos. Pasos que últimamente doy, que son principios de algo que desconozco, justamente porque se trata de mí mismo; el abnegado silencioso de antes, el Cristóbal Colón de ahora, que sin moverse apenas, intuye y siente la seducción de sí mismo.

Encuentro el tiempo de otra manera. Creo nuevos espacios que algunos leen y quizás comprenden; incluso yo mismo enciendo alguna luz al dejar escritas palabras abiertas que no son dudas inciertas de mi mente, sino camino de andante hacia mi corazón, descubriendo el Quijote como el Sancho, sintiendo la Dulcinea sospechando que es el alma, pero también la bella dama...


Encomiables instantes y sensaciones me siguen. Menos apariencias vivo ni me persiguen. Escojo a dedo pero apunto firme. Me equivoco poco porque no pienso como hacía. Me dejo llevar por la vía entre intuición y alto balcón y acierto cuando piso presente desde la serena expectación. En cosas ya no vivo la dilación, en otras la premura es mi encierro. Pero quien a hierro mata a hierro muere y no quiero morir, acaso vivir y para mí esto es más que nada descubrir, volver a llenar el cuenco en la misma medida que lo vacío, dejando lo nuevo que no se aprecia desde fuera pero se siente desde dentro y no importa no saber explicar. ¿Acaso es necesario demostrar?


No busco el cambio pertinaz porque suena voraz y engañoso. Elijo lo que la Naturaleza hace y dice, que leo como instantes de bondad repletos de conciencia de causa. Es por ello que no me busco con avidez, sino me dejo llevar y así no me ofusco. Solo que voy a un compás que no parece ningún ritmo, vivo muchos ruidos pero entiendo la distorsión y acepto cada vez más el silencio del corazón...

¡Menudo silencio a veces! ¿Tanto miedo a volar y perderse?

Así lo nuevo siempre será. Así el alma nunca se verá desde la cercanía y será la mente fría quien dirigirá la cofradía...
Algo habrá que cambiar. Y no veo sólo algo sino mucho. Pues entonces, por algo habrá que empezar. Divagar es perder el ritmo del propio latido. Impacientarse es tener a uno mismo que remolcarse. Dar cabida a la palabra ausencia es no reconocerse, no aceptarse.

No partimos de cero nadie. Ningún camino comienza... la Tierra es redonda... paciencia.


En vez de pensar, mejor la mente vaciar y entre nubes y claros mensajes habrán, que quizás harán los ojos llorar, pero esta vez con lágrimas de renacimiento.

No hay parto sin dolor ni nacimiento sin contento.
Creo que estamos llenos, pero para verlo hay que vaciarse primero. No es ver para creer. La creencia hace muda la conciencia. Observar la evidencia es esencial, como lo sencillo es imparcial; a veces es la señal de que no hay bueno ni malo porque el Ser es espiritual, aunque desde lo terrenal lo entendemos igual que lo que hemos creado.

Hoy toca ver lo otoñal porque es lo natural. Ver, vivir, tocar... danzar al ritmo del ciclo y así nunca esperar. Observar desde el esmero delicado del alma y no con ojos de buen cubero.


Cambiar... eso hace el instante. Apostar... eso hace el que juega. Vivir... eso hace el caminante. Amar... eso hace el que sueña.


Emig

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10 comentarios:

mia dijo...

Apuesto porque vivo y amo

porque sueño y anhelo

cambios,frente a lo que

no llego...

Pero siempre vuelvo

a tu lado.

♥♥♥besos♥♥♥

Natacha dijo...

Hay momentos en que el ser humano se queda quieto y respira, percibe, se llena al aspirar de los aromas ajenos que le enriquecen.
Se sienta y espera... y llega. La vida llega y te infla por dentro, dando matices, colores, sabores desconocidos que a veces son tan amargos que has de escupirlos, a veces tan dulces que el sabor permanece en la boca durante días...
Sentado, espera a la vida que está a tu alrededor, esperando que te pares, para conquistarte.
Un beso, amigo
Natacha.

Anónimo dijo...

UMM, EMIG, ¡CÓMO ME GUSTA LEERTE!

Te comprendo muy bien, la intuición es mi guía para vivir esta vida a tope, sin perderme nada, porqu un día me í cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y lo que dejaste de hacer ya no puedes recuperarlo. A veces, la vida es generosa y te ofrece una segunda oportunidad, pero prefiero agarrarme a la primera, por si acaso; es verdad que andamos de otra manera, sin prisa quizá, pero sin pausa, disfrutando o llorando, riendo y soñando, y siguiendo y ¡descubriendo todavía!, eso es de lo mejor...

Un besazo

Esther dijo...

Emig me han encantado tus reflexiones y de la frase de que "no partimos nadie de cero",y que "la tierra es redonda", yo diría que somos un eslabón más en la historia.

Somos un continuar de la vida ya existente con la carga de la memoria de nuestros ancestros,sus conocimientos que se hacen nuestros para nosotros aportar también más en el camino de la vida ese granito de arena en el conocimiento, que pasar a nuestros hijos, nuestros nietos...

Besitos encanto

isis de la noche dijo...

Este es un viaje hacia el interior.. donde habitan todos los misterios de la vida y el universo. Un descubrimiento paulatino. Pero hay que mantener viva la capacidad de asombro y hay que tener mucha paciencia.. Y fluir... y prestar tanta atención...

Es tan bueno compartir cosas como estas... nos ayudan a ver claramente y es posible que encontremos la señal que esperábamos.. Como ha pasado hoy.

Un abrazo ;)

Marinel dijo...

Es la continua búsqueda de la verdad, de lo realmente importante para con uno mismo y sus deseos, sus anhelos frustrados, los que no lo són aún y siguen siendo anhelados.
Es un continuo caminar hacia uno mismo para reconocerse, para saber de esos cambios que en ocasiones nos pasan desapercibidos y con los años se solidifican, se muestran ante nuestro ojos de manera diáfana.
Podemos ser distintos y coherentes.Debemos serlo.
Podemos perdernos en divagaciones ensoñadoras a propósito con la única misión de alejarnos de lo real, pero siempre vemos el camino a seguir ante nosotros.Ya, nonos engañamos.
Estoy convencida de que casi siempre sabemos qué actitud tomar ante las cosas, ante las gentes que nos rodean,y sin embargo preferimos a veces relegar al olvido lo que queremos para hacer lo que parece y no es...
¿Miedos? ¿ a qué o quienes?
Muchos y a todo y todos...
Por qué no dejarse llevar???
Esa sí que es una gran incógnita.Probablemente no lo sea tampoco, pero hacemos ver que sí.
Y a todo esto pasa la vida y somos conscientes de que sabemos más y mejor,pero continuamos cometiendo error tras error, en demasiadas ocasiones.
No obstante hay algo en nuestro interior que nos dicta, cual profesor.Saber hacer bien el dictado es primordial para seguir caminado sin cometer tantas faltas...
Besos de Sábado.

los pensadores dijo...

a nosotros tambien nos gusta leerte...yo uno de los pensadores solia ser muy impulsivo, pero ahora aprendi a encontrar el equilibrio ya q ser muy impulsivo no siempre me ayudaba y ser sumiso tampoco ahora aprendi cuando tengo q ser cada cosa..

esperamos verte prontito por nuestro blog..

un abrazo..

Anónimo dijo...

"Divagar es perder el ritmo del propio latido"

no divaguemos, para no perderlo, sigamos el camino que es la propia vida, ese camino que si no empieza porque la Tierra es redonda, entonces, tampoco termina.

yo apuesto por el amor, es la esencia de los que nos alimentamos de sueños.

un abrazo Amigo

Mujer en Constante Crecimiento dijo...

intuición... razón.. posible alguna combinación.. algún equilibrio.. entre lo perdido y lo sentido...

Unknown dijo...

Dancemos a ese ritmo otoñal que despoja lo que sirvió durante un tiempo hasta quedarnos con la esencia, con el corazón...
¿Quién sabe si la primavera traerá nuevos brotes? Si no... ¿Quién sabe...? Sólo corazón, autenticidad.

Un besillo.