No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar. Se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.
No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad del nido.
No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquel que por temor a equivocarse nunca acciona. Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente.
El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.
3 comentarios:
Fantástica reflexión, que podría resumirse en una frase: Más vale arrepentirse de haber hecho algo mal que de no haber hecho nada.
Recibe un cordial saludo.
Si... siempre y cuando el caminar, acertado o equivocado sirva para aprender, ¡perfecto!
Un cordial saludo, también para ti.
Me parece maravillosa esta reflexión.
En realidad, quién realmente se equivoca es aquél que no se arriesga en la vida porque renuncia a vivirla por temor a equivocarse.
Siempre, el camino equivocado puede servir para para aprender de él en otras ocasiones, en cambio, en el correcto nunca llegaremos a aprender porque lo hemos hecho bien, aunque lleguemos a sentirnos satisfechos por haberlo hecho bien.
Nos equivocaremos de no dar un paso por temor a darlo, de no saber arriesgarnos por inseguridad, de tener miedo a hacer mal las cosas, de seguir caminando por si nos encontramos con novedades.
Pero aún así sabiendo todo esto, seguiremos equivocándonos porque somos humanos y no somos perfectos, y nunca nadie no se equivoca.
Un beso.
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