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domingo, 15 de marzo de 2009

La verdad


¿Qué esconde cada instante? ¿Lo descubrimos a la vez que nos descubrimos, o lo vivimos desde la siempre forma? ¿Plasmamos en cada paso el compromiso que desde el sigilo de nuestra alma hemos intuido alguna vez? ¿Somos conscientes de la necesidad imperiosa de cambio que vivimos?


El problema de la verdad es que no se proclama a sí misma como cualquier cosa que conocemos. El problema de la verdad es que es siempre la misma desde el principio de los tiempos, pero el ser humano, necesita que la verdad sea conveniente a su egoísmo, a sus necesidades particulares y que hable su propia jerga. La verdad tiene el mismo idioma para toda la humanidad, pero el ser humano, no la buscamos a través del lenguaje de la palabra, ni el lenguaje del pensamiento, ni el de la acción. Hemos olvidado el destello de intuición... Con estas tres formas de expresión hemos reinventado, argumentado desde la argucia, nuestra verdad, separada de lo que es, y por ende, separada de lo que somos...

Pero no es ningún problema de la verdad, y si un problema del ser humano al no reconocerla. A pesar del tiempo vivido como humanidad, a pesar, incluso, de lo que puede aprenderse en una vida, resulta que no andamos con ella ni tampoco hacia ella, porque no hemos aprendido a ver desde fuera nuestra artificial creación y reconocerla como tal. No tenemos la valentía de abrir los ojos, aunque ello requiera tener que cerrarlos primero, y en vez de sentir la divinidad que somos en esencia, elegimos lo efímero que dicta nuestra mente, fruto ella de todo lo que hemos creado, y en vez de ser creadores silentes, repetimos como loros nuestra verdad, la tan querida verdad que nos conduce a la perfidia encubierta por la ignorancia.

Quizás tocamos algunas teclas del amor, pero no entendemos su significado. Quizás entendemos que tenemos corazón, pero los latidos no son comprendidos. Quizás sabemos del silencio, pero no escuchamos su canto. Quizás recordamos que hay que seguir, pero no sabemos hacia dónde... Tampoco somos ninguna continuidad de conciencia cuando el punto de luz cambia de color como nuestra mente de pensamiento...

El camino es hacia el alma y desde el alma. Pero aquello que entendemos como conciencia no es fruto de ninguna paciencia del eterno decoro, cuyo ritmo natural es caricia del Universo. Hemos leído los Versos Áureos de Pitágoras con la mente; hemos visitado estaciones de sabiduría pero no hemos visto pasar ningún tren. Hemos quizás, entrado en algún vagón pero no hemos entendido lo vivido en él... Hemos presenciado algo del eterno saber, pero al no vivirlo desde la vivencia, ha caído en el olvido.

En definitiva, la verdad sigue estando ahí; pero somos nosotros quienes no la miramos de cerca, pues para verla, solamente la mirada del alma la contempla; sin embargo, decidimos continuar sin la humildad de reconocer que mejor empezar desde dentro que seguir... ¿hacia dónde? El abismo.

Emig

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8 comentarios:

mia dijo...

Mirar la verdad de cerca....

O entras en la pasión,o

te atormenta

el no haber mirado....

A veces creo que miro sin ver!

Excelente,como siempre!

besos

isis de la noche dijo...

... El abismo..

"El camino es desde el alma y hacia el alma", dices.. El insondable abismo de nuestro interior...

A veces basta un destello de una fracción de segundo de esa verdad, para que la vida cambie para siempre. Ya sabe, vio, sintió... Y nunca volverá a ser igual ni a conformarse con las cosas del mundo...

Pero no deja de estar en este mundo. Siempre con ese glorioso recuerdo del éxtasis. Y entonces su agonía aumenta porque ya nada es suficiente, ni siquiera comparable...

Tal vez, en algunos momentos de inspiración, de trascendencia, de silencio, logre captar un breve reflejo de ese destello.. Y recuerde... RECUERDE...

Dicen que la ignorancia es dicha porque cuando se ignora no se sabe cuánto se ignora... Y tampoco se compara, ni se busca, ni se pretende. Otros dicen que ese destello de visión es un don. Un regalo que libera... Pero que al mismo tiempo condena...

¿Por qué se nos permite vislumbrar la luz de la verdad si luego hemos de volver al mundo de las sombras?

¿Será que despertar la voz de ese silencio es suficiente para nuestra alma, mientras está de paso por este mundo?

¿Será que es suficiente saber que las puertas que nos conducen 'allá' están aquí?

¿Será una bendición o una condena, el despertar?

Pues cualqiera que sea la respuesta, hay una cosa cierta: todo llega cuando se deja de buscar... Y el reto es dejar de buscar eso que se 'vio' y volver a ese estado de inocencia, de asombro, de pureza, en el que se estaba cuando se lo encontró por primera vez.

¿Y cómo se deja de buscar cuando ya se lo ha visto?

cómo dejar de buscar...

La verdad que todo lo impregna, que está ahí, queriendo encontrarnos en el silencio...

un abrazo inmenso, mi querido amigo...

Me ha encantado leerte!!

Pedro Estudillo dijo...

Verdad, ¡qué gran palabra! A veces tengo la impresión de que cuanto más leo, más veo, más escucho.... más me alejo de la verdad. Quizás la dirección es la equivocada, quizás sea todo mucho más sencillo de lo que parece. Sólo la duda crece y crece, y la ignorancia pasa de ser una grácil bendición a ser una pesada losa que nos aplasta más y más.
Tus reflexiones me ayudan a soportar algo mejor esta carga que tanto me agobia.

Un abrazo.

María dijo...

¿La verdad? ¿dónde se encuentra el propio camino de la verdad? ¿en nuestro caminar, en nuestra fuerza, en nuestra debilidad? ¿o quizá en nuestros propios temores? verdades ocultas, y verdades que se salen al exterior, verdades que se cruzan, y verdades que nos aplastan...

Un placer leerte, amigo Emig, como siempre, y ójala te encuentres bien, a pesar de las circunstancias actuales que todos estamos atravesando aquí en España.

Un beso, amigo.

Esther dijo...

Hola sol! me alegro de ver que escribes de nuevo por tu blog, yo paso a dejarte un saludito con beso y abrazo incluido que estos días de fallas apenas entraré por aqui..Espero que tu tambien lo pases bien. Muchos besos

Marinel dijo...

"Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado."
George Sand.
No creo que haga falta decir mucho más o añadir algo a esa disertación profunda que nos regalas.
Sin embargo, he de hacerlo (ya me conoces)
La búsqueda de la verdad no tiene por qué ser infructuosa,quizá, la hemos rozado o rozaremos en algún momento de nuestra azarosa existencia, pero sólo nos esté destinado saberla, reconocerla al finalizarla...
¡Qué se yo!
He pensado tantas veces que estamos predestinados a ser obtusos, tercos e incluso negados para verla, que se me viene al alma, que esa es una incógnita que sabremos más tarde que pronto.
Y desde luego lo haremos desde dentro y para dentro.El viaje al fin llegará a su fin, y entonces cmprenderemos...
No sé si me explico...no como tú, desde luego.
Besos.

Anónimo dijo...

Querido amigo, cada uno tiene su propia verdad, eso en la vida es tan amplio.

Sigue mirando, de cerca se ve todo más claro.

Un abrazo

Layla - Noche Hermosa dijo...

A veces, solo a veces, no es necesario comprenderlo todo...la verdad es tacita e implicita dentro de nosotros mismos...buscarla como un elemento concreto sería un error.

La verdad es distinta para cada quien, porque cada quien es distinto. Nuestro universo interno es tan infinito como el de afuera...solo hay que ser, vivir..

A veces, solo a veces, no es tan necesario comprender con la mente sino con el alma.

Un abrazo muy querido.