Entre estas dos imágenes hay una gran diferencia ¿verdad? Una son árboles que definen el ser y estar de la Naturaleza, la siguiente aunque también natural, pero pretendo sacar a relucir la metáfora del rebaño.
Los árboles conocen sin haber aprendido las sencillas leyes naturales que son la expresión más fidedigna que tenemos como referente los seres humanos para vivir. Quizás la humanidad cada vez se mueve menos en ese sentido y la fricción multiplicada convierte nuestras vidas en decadencia.
¿Los seres humanos no llevamos en sí, ingénita, la esencia natural como cualquier manifestación de la Naturaleza? ¿Desde cuándo hemos olvidado la buena costumbre de no tener costumbres que nos hacen ser rebaños? Cada vez más nos difenciamos de la Naturaleza siempre fiel a los principios. Nos dejamos llevar por el temor, las dudas, las inseguridades, los apegos... olvidando que formamos parte de la creación y que nuestras vidas tienen un sentido profundo cuya realización debemos hacer entre todos.
Las palabras clave siguen siendo las mismas, que poco tienen que ver con la segmentación, dispersión, el egoísmo... Optimismo, impersonalidad, amor, innovación, transmutación, cambio, prioridad, voluntad son palabras clave que entiendo esenciales para el desarrollo personal, y desde lo personal influimos indefectiblemente en lo colectivo; así es como creamos, y según las leyes de la Naturaleza recibimos lo que damos. ¿Hemos olvidado lo importante que es dar?
Cuando el rebaño se vaya desmenuzando, aparentemente será un principio de cambio, pero realmente será la puerta abierta para que otras ovejas dejen de ver el rebaño como lo único que existe, y descubran esto porque se han visto reflejadas en un espejo y han reconocido la existencia del propio camino.
Gracias a Isabel por este post: Como cabras
Emig
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